¿Qué sería vivir en el campo? Alejado de los ruidos de la ciudad, los carros y las máquinas. ¿Qué sería levantarse con los pájaros temprano en la mañana? Trabajar en el campo, día tras día.
Las cosas que parecen importantes en la ciudad dejan de serlo en el campo. También sucede al contrario. Los deseos, sueños y miedos del campo no son los mismos que de la ciudad.
Aun así, el cuerpo pide campo de vez en cuando. Como si el cemento de la ciudad se empezara a colar por las venas, nublando la conexión con lo natural y lo pasajero. Luego de un tiempo sin salir de la ciudad, comienzo a perder perspectiva.
Solo cuando estoy de nuevo en la naturaleza, rodeado de vida que nace, crece y muere; viendo paisajes casi intocados por los humanos. Montañas, cielos y noches estrelladas… Cuando vuelvo a ver esto, es cuando recupero perspectiva.
Esto es lo que somos, y en esto nos convertiremos: naturaleza. Sin importar las ciudades, los imperios y lo que construyamos, todo volverá a esto. Tierra, arena, luz, oscuridad y silencio.

